Lioba Bazán es de esas jugadoras de las que siempre se aprende, tanto viéndola jugar como escuchando su historia. Relata sus logros con naturalidad, con la humildad que le ha llevado a jugar en la primera división española e italiana. Lioba nunca ha elegido su camino en función al mejor club, a las mejores condiciones o las ofertas más suculentas, ella solo ha querido sentirse a gusto, tener un balón en los pies y disfrutar del fútbol sala.
Para conocerte un poco mejor, ¿cómo ha sido tu trayectoria futbolística desde pequeña?
Con seis años empecé a jugar en la escuela del Montecarlo, a fútbol 7, con los chicos, y estuve algo más de tres años hasta que un cambio de entrenador hizo que dejara el club. Cuando me vieron jugar en el colegio me ofrecieron jugar allí y desde entonces pasé por muchos equipos de Zaragoza, tanto de fútbol 11 como de fútbol sala.
¿Qué te gustaba más, el fútbol 11 o el fútbol sala?
En realidad lo que siempre me ha gustado es tener un balón en los pies. Desde muy pequeña jugaba en el patio de mi urbanización y a lo largo de los años siempre he compatibilizado ambas disciplinas, doblando partidos y entrenamientos. Nunca me decidí por uno de ellos porque nunca me he guiado en la elección de los equipos por ser el mejor, o el vigente campeón. A mí me gustaba jugar y jugar con mis amigas. Cuando Natudelia me fichó para jugar en Primera División es cuando tuve que tomar la decisión de dedicarme en exclusiva al fútbol sala.
A título individual, ¿cuáles han sido tus logros en las categorías de formación?
Solía ser convocada por la selección desde pequeña, pero la verdad es que nunca me decidí a ir. Solo acudí a la llamada los dos últimos años, porque ir con la selección implicaba tener que viajar y es algo que nunca me ha gustado. He sido campeona de Aragón, guardo algún trofeo de máxima goleadora, uno de jugadora destacada de Aragón en categoría Cadete…
Con ese currículum y después de la experiencia de haber jugado en Primera División llegas a Sala Zaragoza en tu primera etapa en el club…
Sí, estuve dos años antes de irme a Italia. El primer año lo hicimos muy bien, aunque estábamos encuadradas en el grupo catalán, que a mi parecer era más exigente y complicado. El segundo año estuvimos muy cerca de ganar la liga
¿Qué recuerdos tienes de esa segunda temporada?
La temporada fue rodada. Sacábamos los partidos adelante, ganábamos los enfrentamientos directos, vencimos en las pistas más complicadas… Sin embargo, cosas que pasan en el fútbol, vas al campo del último clasificado y, como cada partido es mundo, lo perdemos. Estaba en nuestras manos ganar la liga y perdimos la oportunidad.
Y la temporada siguiente te marchas a Italia, ¿te costó tomar esa decisión?
Decidí irme porque lo necesitaba. Yo estaba muy cómoda en el equipo, muy bien con Chus, la temporada había sido muy buena… pero fue más bien una necesidad personal. Ya había tenido ofertas de irme a Italia con anterioridad, ese año se me volvió a ofrecer y cómo había tomado la decisión de irme entendí que era el momento apropiado. Ese miedo a viajar que comentaba me había echado atrás en otras ocasiones, pero esa temporada lo vi como el momento ideal para probar. Me costó tomar la decisión por dejar la familia, viajar a otro país… pero tenía ilusión de irme a otro sitio, de jugar, de cambiar de aires.
¿Cómo fue tu llegada a Italia?
Estaba nerviosa cuando llegué allí, pese a haber jugado en Primera División en España. No era miedo, pero sí nervios de irme a Italia, no saber si vas a dar la talla… Cuando llegué creo que el nivel era algo más bajo que aquí, pero desde entonces el fútbol sala italiano ha crecido mucho y se ha convertido en una liga muy fuerte.
Cuéntanos, ¿en qué equipos jugaste y qué has aprendido de esa experiencia?
Estuve dos temporadas y media. La primera de ellas en el Sporting Locri, la segunda en el Italcave Real Statte, el equipo más laureado de Italia, y terminé de vuelta en el Locri. Yo tenía en la cabeza que esa sería mi última temporada, que quería volver a España y quería que fuese en mi primer equipo de Italia donde estuve muy a gusto y me trataron muy bien. Creo que me ha servido mucho el paso por Italia, para ser una jugadora más madura en el campo, entender mejor el juego… Incluso la gente me dice que me ha cambiado en la forma de ser. Supongo que me ha servido para crecer en todos los sentidos, tanto en el fútbol como en la vida.
¿Qué diferencias has notado entre el fútbol sala en España e Italia?
Si comparamos el nivel de las primeras divisiones te diría que en España hay más nivel tácticamente, principalmente porque aquí hay entrenadores que saben mucho de esto. Tácticamente en España está más desarrollado el fútbol sala y técnicamente la jugadora española es mejor que la italiana, pero ahora mismo a Italia están yendo las mejores jugadoras a nivel internacional, así que ha subido mucho el nivel.
Termina tu etapa en Italia y decides volver a Sala Zaragoza a tu regreso a España…
Mis dos años en Sala Zaragoza fui muy feliz y estuve muy contenta. Cuando volví de Italia tenía claro que si volvía a jugar sería aquí. Aunque la verdad es que regresé con la intención de descansar un poco del fútbol sala, de no competir lo que restaba de temporada… Estuve hablando con Chus, de la situación que está viviendo el club, y decidimos que me incorporara al equipo. Tenemos ganas de lograr algo grande con Sala Zaragoza y si resultaba ser este año, quería formar parte de ello.
¿Qué equipo te encuentras al llegar al club?
El equipo estaba en un gran momento de forma y me gustó mucho lo que vi. Hay seriedad en los entrenamientos y la gente está enchufada. Creo que me he integrado enseguida, aunque en realidad ya conocía a casi todas las jugadoras, excepto a las brasileñas. Así que mi integración ha sido buena y rápida. La verdad es que el equipo me gusta y las sensaciones son muy buenas.
Hace dos semanas el equipo sufrió la primera derrota de la temporada, ¿cómo la analizas?
Nos da rabia hacer mal las cosas, porque nos hemos demostrado sobradamente que sabemos hacerlas bien. En la primera parte tuvimos muchos minutos de dominio y varias ocasiones claras de gol, pero las fallamos. Como bien se sabe en el fútbol sala, lo que no finalizas se termina pagando. En dos minutos de desconcentración en la segunda parte nos meten tres goles y ya el partido se hace cuesta arriba. Creo que fue cuestión de no saber cerrar el partido en la primera mitad.
Sin embargo, el pasado domingo os reponéis de la derrota ganando a un rival muy duro y directo como Valdetires…
No empezamos nada bien el partido, salimos algo desconcentradas. No nos salían bien las cosas y eso propició que se pusieran por delante. Con el paso de los minutos, cuando fuimos capaces de dar un poco más de nosotras mismas, logramos sacar el partido adelante.
Para terminar, la semana que viene viajáis a Pamplona para mediros a Txantrea, segundo clasificado. ¿Cómo afrontáis el partido?
Es un partido importante, aunque en realidad todos los son. Pero, tal y como está la clasificación y a estas alturas de la competición, es innegable la trascendencia de estos tres puntos. Ganar sería estupendo, porque serían seis puntos más golaveraje respecto a las segundas. Vamos a ir allí a darlo todo, sin ninguna duda.