Esfuerzo, sacrificio, ilusión, trabajo… son las palabras más repetidas por Almudena Merino. Y son los mejores consejos que puede mandar a sus compañeras más jóvenes. Tiene claras las claves del éxito después de una decena de años en la élite del fútbol femenino español. Nada más hablar con ella, te das cuenta de que respira futbol por los cuatro costados: cada vez que ha colgado las botas las ha recuperado para volver a hacer lo que más le gusta. Pocas jugadoras pueden presumir de un currículum futbolístico como el suyo y, además, Almudena nos deja varias frases para grabar en la mente y tener siempre presentes.
¿Nos podrías contar brevemente tu trayectoria?
Soy de Madrid, de Vallecas. Allí jugué con el Rayo Vallecano en primera división. Tras cinco o seis años en la élite del fútbol femenino decidí tomarme un descanso de unos cuantos meses. En ese tiempo me llamaron para jugar una fase de ascenso de la liga nacional, de Alicante. Como quedaron contentos y satisfechos con mi trabajo me ofrecieron quedarme una temporada más, pero las cosas no salieron bien a nivel deportivo y económico. Entonces es cuando me llamó David Magaña del Transportes Alcaine…
¿Cómo fue tu etapa en Zaragoza?
Llegué para probar en un campeonato de la Copa de la Reina. Por decisión del club y mía decidimos continuar la relación. Me ofrecieron una temporada, que al final se alargó hasta cuatro. Cuando yo recalé en el club era la segunda temporada en Superliga. Aquí jugué la primera final de copa que se disputó en La Romareda, contra en Espanyol. Perdimos 1-5, pero la experiencia fue maravillosa. Nos pudieron los nervios, la presión, el campo, el rival… todos los factores. Pero creo que gracias a eso se han ido haciendo las cosas de otra manera y fue un gran paso para el club.
Una jugadora con tu trayectoria llega al Fútbol Femenino Zaragoza, un equipo creado de cero… ¿por qué?
Por temas de estudio, trabajo, distancia con la familia… decidí colgar las botas tras mi etapa en el Transportes Alcaine. Hasta que David Magaña tocó a mi puerta con este nuevo proyecto. Ya conocemos la ilusión con la que David hace las cosas, y eso hizo que yo también creyese en este proyecto y me animase a formar parte de él. Se juntan varios factores: por David, por la ilusión y por el gusanillo que siempre tenemos esas jugadoras que hemos estado en la élite. Nunca nos gusta estar desconectadas de este deporte que no deja de darte alegrías y buenos momentos.
Un equipo nuevo en el que desde el primer momento no se ha ocultado cuál es el objetivo.
Es un objetivo en el que realmente creo. Soy una persona muy ambiciosa en muchos aspectos de la vida y en el deporte no me gusta perder. A nivel individual, hay mucha calidad, equipo tenemos. Es cierto que hay mucho trabajo por delante, hay que pulir detalles, conocernos, compenetrarnos… Hay que tener en cuenta que cada una venimos de un sitio diferente. ¿Se puede? Yo creo que sí, que hay equipo para ello, pero hay que ponerle ganas y trabajar mucho.
¿Cuál puede ser uno de los puntos fuertes de la plantilla?
Lo importante en este equipo es la inexperiencia de una y la experiencia de otras. Hemos encajado bastante bien entre todas. Las jóvenes pueden aprender de las veteranas, desde luego, pero muchas veces la sorpresa es la cantidad de cosas que las veteranas podemos aprender de las jóvenes. En esa mezcla puede estar la clave, las ganas, la ilusión dela gente que viene por detrás, y la experiencia de las que tenemos más tablas en esto del fútbol.
Precisamente a esas jugadoras más jóvenes, quizá puedas darles algún consejo para llegar a la élite.
Todavía recuerdo con cariño, nostalgia y agradecimiento las palabras de mis padres. Siempre me decían: “si no apruebas, te quitamos y no vas al fútbol” (se ríe). Parte de la respuesta está ahí. Lo primero, para mí, siempre han sido mis responsabilidades. Tanto antes, a la hora de estudiar, como ahora, con todas y cada una de mis obligaciones. Con una buena organización y, sobre todo, con ganas, ilusión y sacrificio se saca tiempo para todo.
Muchas veces resulta duro, pero, al menos en mi caso, el sentimiento por el fútbol ha hecho que saque fuerzas y ganas siempre. Está claro que hay que renunciar a otro tipo de cosas. El fútbol, al fin y al cabo, es el deporte que nos mueve. Practicarlo y entrenar es tener una vía de escape, es nuestro momento de desconexión. Es evadirte de problemas y preocupaciones. Mi consejo es priorizar las obligaciones pero gestionar bien el tiempo. La suma de pequeños esfuerzos termina dando recompensas.
Los resultados, pese a las últimas dos derrotas, no están siendo malos del todo…
Yo creo que se están haciendo las cosas bien. Quitando la salida a Ejea, que fue un resultado bastante abultado y algo engañoso. Nos pudo la presión y enfrente había un rival difícil de ganar. A lo mejor la victoria contra el Casablanca nos hizo pecar de un exceso de confianza. Pero creo que las cosas se están haciendo bien, tanto a nivel de equipo como a nivel directivo.
¿Hizo daño esa derrota en Ejea?
Ha hecho bastante daño. Veníamos de ganar al líder, muy eufóricas y pensábamos que estaba todo hecho, que cualquier rival sería fácil después de ese partido. Y no es así. Precisamente la salida a Ejea nos puso los pies en el suelo, nos recordó que ningún partido es sencillo, que nos va a costar ganar cada partido y que tenemos que trabajar. La palabra clave, como en muchos aspectos de la vida, es trabajo. Estas dos derrotas nos tienen que servir precisamente para eso, mejorar, trabajar en los fallos y pensar que con nuestro trabajo cualquier partido se puede sacar adelante.
Para terminar, como jugadora veterana en el equipo, ¿qué mensaje mandarías al resto del vestuario?
Sobre todo, aunque me repita, me gustaría trasmitir un mensaje de trabajo, sacrificio, ganas, confianza la una en las otras… Trabajo en equipo. Tenemos que intentar remar todas en la misma dirección. Poner cada una lo mejor de nosotras y darlo todo. La clave es darlo todo en cada entrenamiento y cada partido. Yo creo que si todas ponemos de nuestra parte podemos sacar esto adelante. El mensaje es ese: trabajo, esfuerzo, compromiso e ir partido a partido.