Todavía no ha podido pisar la pista esta temporada, las lesiones se lo han impedido. Pero se muere de ganas por hacerlo. Elena Sánchez comienza su segunda temporada como jugadora de la primera plantilla de Sala Zaragoza. El camino hasta llegar aquí no ha sido fácil: con un debut precoz en la categoría de plata del fútbol sala femenino, sentía que estaba perdiendo momentos imprescindibles para una chica de su edad, se tomó un respiro y volvió a las pistas dispuesta a demostrar que está llamada a ser una jugadora importante.
Todavía no has podido debutar esta campaña… ¿qué te ocurre?
En pretemporada notaba molestias y me detectaron una rotura en el oblicuo. Cuando me recuperé, tras una semana entrenando con normalidad, me volví a romper en el calentamiento del partido en Ferrol. Esta vez una rotura de fibras en el cuádriceps. A lo mejor, el ansia de querer empezar demasiado rápido me jugó una mala pasada.
Ahora lo importante es recuperarse del todo para volver cuanto antes a las pistas…
A las chicas les digo que me he propuesto debutar antes de 2018 (se ríe). No, ahora quiero ir poco a poco, recuperarme al 100% y estar disponible para el entrenador llegado el momento. El parón de la competición el próximo fin de semana me va a venir bien, me lo tomo con más calma, sin prisa, sin la ansiedad por jugar el domingo.
Eso sí, desde el banquillo o la grada, no te has perdido ni un solo partido de tus compañeras.
Sí, y se pasa muy mal desde fuera. El equipo trasmite muy buenas sensaciones, con un juego magnífico y mucho toque. Quizá nos falta un poco más de acierto en los metros finales, de cara a portería. Por ejemplo, contra Ordizia metimos todo lo que hemos fallado otros días. Para la posesión que tenemos y la presencia en campo rival, obtenemos poca recompensa de cara al gol.
¿Cuál es el secreto de un inicio de liga tan bueno?
Es verdad que nos está yendo muy bien. Se nota cuando el equipo está unido, remamos todas hacia la misma dirección. Hay dos puestos indiscutibles por el nivel que demuestran y una competitividad muy sana por ganarse los otros dos puestos en el quinteto titular. En los entrenamientos todas nos intentamos ganar un hueco en el equipo. Aunque algún día faltara alguna de ellas, el resto del equipo tiene muy buen toque de balón, nos conocemos, hay confianza y eso es muy importante.
Es importante que el vestuario esté unido, ¿qué se respira dentro de él?
El equipo no está obsesionado por objetivos a largo plazo, creo que esa es una de las claves. Hay que ir poco a poco en el camino, no pensar en el final de liga, sino en el próximo partido. La temporada pasada pensábamos que nos íbamos a comer la liga, que éramos favoritas al título… y al final no fue así. Este año somos un equipo mucho más maduro, donde reina la confianza, la complicidad, la diversión…
A nivel personal, es una lástima que las lesiones lleguen en tu mejor momento como jugadora del Sala Zaragoza.
Sí, es verdad. Esta temporada es la segunda en la que tengo ficha únicamente como jugadora del equipo nacional, la de mi consolidación como parte del engranaje de la primera plantilla. Aunque todavía no haya podido jugar, Chus se encarga de recordarme continuamente que estoy llamada a ser una jugadora importante, y yo confío también en volver a serlo.
Cuéntanos cómo fueron los primeros años en el club, antes de ser jugadora de la primera plantilla.
Nada más llegar al Sala Zaragoza ya empecé a jugar en segunda. Me sentía con confianza, notaba que era el momento de dar el salto. Pero fueron un par de años muy exigentes: entrenaba cinco días a la semana y doblaba partidos con el nacional y el autonómico. La recompensa fue volver a jugar en la selección aragonesa.
¿Qué objetivos se marca Elena para su regreso al equipo?
Quiero echarle muchas ganas, ganarme un puesto en el quinteto titular. Si no es así, animar como una más en el banquillo e intentar ser el siguiente cambio. Ponerle las cosas difíciles al entrenador. Además, me gusta ser un nexo entre compañeras, facilitar que todas nos comprendamos, estar en los buenos y los malos momentos. Ayudar a que este equipo sea una piña, que aprenda a disfrutar del regalo que es jugar cada partido, el regalo del gol, que al final esto se trata de marcar muchos y encajar pocos.
Por último, me gustaría preguntarte por las nuevas incorporaciones del equipo: Sarah y Saray.
Son dos jugadoras que me han sorprendido gratamente, que aumentan el nivel de la plantilla. Saray tiene mucha lucha, mucha rabia, mucha fuerza y eso lo muestra en el campo. No se intimida por debutar, al contrario. Sarah me parece una jugadora 10, con una visión de juego espectacular. Desde luego que con compañeras así al lado se juega mucho mejor.